2018 – La década

BOLETIN DE Prensa

Lista de poetas invitados

Nacionales

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  • Luis Yaulema
  • Margarita Laso
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  • Edison Navarro
  • Rafael Tobar
  • René Gordillo
  • Rodolfo Salazar Ledesma
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Internacionales

MÉXICO

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BOLIVIA

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CUBA

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  • Yankilé Hidalgo

COLOMBIA

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  • Fadir Delgado Acosta
  • Héctor Cañón
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LUXEMBURGO

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ARGENTINA

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  • Leopoldo Castilla
  • Hugo Francisco Rivella
  • Jorge Boccanera

ESPAÑA

  • Daniel Rodríguez Moya
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HONDURAS

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INGLATERRA

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ITALIA

  • Emilio Coco
  • Walter Raffaelli

PANAMÁ

  • Javier Alvarado

URUGUAY

  • Luis Marcelo Pérez

 

Luis Marcelo Pérez Ahí donde la poesía abre ventanas.

Luis Marcelo Pérez Ahí donde la poesía abre ventanas.

 

Escribir, escribir y escribir es la tarea, el reto permanente y el encuentro. Sin embargo llega el momento de abrir las ventanas, hacer que la palabra vuele y vaya a otros ojos. Esa es mi relación con el Paralelo Cero. Luego de una búsqueda interna fuerte para hacer verdad la palabra en la poesía, uno abre la ventana hacia lo incierto, pues nadie entiende la mirada del lector y menos la fortuna de la obra.

 

Xavier Oquendo Troncoso construyó una de las ventanas grandes que hoy tiene el país y por ahí mi poesía (y la de muchos) llegó, por ejemplo, al camino de un muchacho de colegio en Latacunga, que dos años después de haber sido invitado al Encuentro Internacional de Poesía Paralelo Cero, aún me escribe para que comparta mis textos y comente los suyos. Así como hoy tengo la posibilidad de nombrar la amistad con grandes poetas sobre todo de Latinoamérica, después de haber sido uno de los ganadores del Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero 2018.

 

Por esa ventana entra y sale la luz, rompe la búsqueda del espacio para el público culto y lector y se vuelve la plaza pública dónde se dice la poesía de todos, al oído de todos.

 

En Diciembre del 2017, el último día del año,  recibí la llamada de Xavier para decirme que “Perros de Niebla” era el libro ganador del Paralelo Cero, pidió que me sentara de inmediato por si el viento que el premio trae me hacia tambalear; pero no pasó así. Entendí que el premio traería cosas buenas: una publicación, el encuentro entre amigos poetas y la posibilidad que muy poco se tiene, la de presenciar el encuentro cara a cara de mi palabra con la mirada de los otros. El viento que entra por esa venta no tumba, ese viento levanta, eleva, limpia el polvo y trae consigo la posibilidad de estar en el lado correcto del tablado, ahí dónde por sobre todo está la poesía.

 

Mi abrazo y agradecimiento para todos los rostros del Encuentro Internacional de Poesía en Paralelo Cero.

 

 

Edison Navarro Cansino

Poeta.

                                                                                                                   LA POESÍA ES MUERTEVIDA

 

En cada idioma que habla el ser humano debería existir una palabra que uniera vida y muerte. Nos enseñan desde niños a separar en nuestras mentes las dos ideas. Ahí germinan la insatisfacción y el miedo que nos rondan a lo largo de nuestra experiencia en el mundo. La poesía –y en general cada manifestación artística– nace como un remedio para sanar la angustia de vivir escindidos y crece cada vez que intentamos fundir lo aparentemente contradictorio en la página y en la visión de mundo con la que nos identificamos. Ecuador, su festival de Poesía Paralelo Cero y el Ángel Editor me recuerdan que la vida y la muerte no son opuestos. Ni siquiera, complementarios. Son lo mismo: la experiencia total y abarcadora de cada ser humano que habita el planeta. Mi libro Cuarteto Elemental, ganador del V Concurso Internacional de Poesía Paralelo Cero, surge de la experiencia de haber reconocido el miedo que me produce la muerte, de haber sido derrotado por su inevitabilidad y de haber intentado aceptarla a través de la poesía. Al mismo tiempo, es el capítulo más dichoso de mi vida. Me permitió asistir a la fiesta con que se celebró la primera década de Paralelo Cero. Allí me reuní con viejos amigos, descubrí nuevos, escuché la poesía de otros autores y pude compartir mi propuesta. Con Xavier, Juan y Santiago nos abrazamos para confirmar la dignidad de un oficio que sufre para ganar espacios en el mundo contemporáneo; con Juan Felipe nadamos en el mar de Esmeraldas; con Rolando nos reímos de nuestros errores en el escenario; con Elsy e Ivonne disfrutamos la gastronomía ecuatoriana; con Jorge hicimos corto, a punta de palabras, un largo trayecto de carretera; con Daniel y Edison caminamos la noche esmeraldeña; con Margarita cantamos; con Gabriel y Teuco lanzamos una carcajada colectiva a la niebla quiteña; con Javier y Fadir intercambiamos ideas opuestas sin querer convencer al otro; con Hugo intentamos no tomarnos en serio. Con todos y cada uno de los asistentes convocamos la complicidad que surge de la convicción de que la poesía, aunque no tiene el poder para lograr un mundo más justo y armonioso, sí nos permite habitarlo con amor comprometido. Gracias, los llevo en mi memoria como a un tesoro interminable.

Paralelo cero

Vine a Quito con un sueño en la cabeza. El de pasar por encima del paralelo que separa el hemisferio norte del sur. El de pisar dos hemisferios a la vez. Me dije que las estaciones seguramente debían mirarse en el espejo de esta línea. Que el verano y el invierno se reunían en él. Que debía ser el lugar donde la noche y el día juegan al escondite. También había leído en alguna parte que los objetos, allì, no proyectaban sombra ninguna durante los equinoccios. Este paralelo, a 0 grados de latitud, era, lo sentía, poético por naturaleza. Imposible que no incitara a la poesía.

 

Lo hizo. Nació, hace diez años, en 2008, en la mente de uno jóvenes, entorno a Xavier Oquendo, un festival de poesía. De poesía, no de poetas. Su nombre lo dice. Poesía en Paralelo Cero. Estuve allí el año pasado. Los dos hemisferios, no sé si los pisé. No me molesté en comprobar exactamente dónde corría el paralelo. Este es asunto de los científicos. Para mí, el paralelo estaba allí, a mi alrededor. Y he visto la poesía mirarse en su espejo. La de los jóvenes en la de los menos jóvenes. La del lugar en la de otra parte. La de la noche en la del día. Y nadie proyectaba su sombra sobre nadie.

 

También he visto nacer o consolidarse amistades, gracias a la poesía. Se dice a menudo, y se ha convertido en lugar común, que la poesía construye puentes. ¿De donde hacia donde? ¿No implica acaso un puente abismos? En Quito, no son necesarios los puentes. Los dos hemisferios de la imaginación se tocan. La línea divisoria entre la realidad y el sueño es tan fina que se necesita un poema para verla.

 

Jean Portante

EL DÍA DE LA SORPRESA

                                                                                              Julio Pazos Barrera

 

            Poco puede opinar este autor de sus intentos poéticos, tal vez decir que ejerce una agotadora autocrítica y que no puede controlar el río de la lengua; mencionar que no encuentra otro modo para expresar el deslumbramiento o las sombras de la vida y del mundo. Además, es un contrasentido tratar de explicar aquello que al final aparece con las envolturas del misterio. Para cerrar el círculo, este autor percibe unas voces críticas que son, en ocasiones, sorprendentes y en otras estimulantes.

            Como no concluye el tormentoso transe de generar intentos poéticos, este autor confiesa que no acaba de salir de los intrincados vericuetos de la inconciencia. El mismo hecho de no usar la primera persona da cuenta del conflicto que produce la caza de la conciencia. En este instante asumo la responsabilidad: los poemas que escribí llegaron a unos amables lectores y ellos percibieron las cuitas y resplandores que los motivaron. Para aclarar la situación cabe mencionar los estímulos: el horror de la guerra; el sufrimiento del migrante; las patrañas sangrientas de los poderes imperiales, la manipulación de las masas; la matanza de los ríos, la incontrolable ansia de dinero…No todo es el fondo oscuro del espejo, otros estímulos intervinieron en la densidad de la vida: el ocaso violeta de raudo paso en las cimas de los montes, las bailarinas de Degas, las preguntas de los niños de seis años, ciertas aves indiferentes, la ilusión de las artes visuales, los libros de Albert Camus, Ray Bradbury, Juan Rulfo…, el deporte del arco y la flecha, los ancianos que creyeron en la vida, poetas que litigan con el absurdo, el sabor de algún pan que no se quemó en la puerta del horno…

            En una pausa del torbellino me visitaron los miembros de Paralelo Cero y como cualquier americano que se estime, les ofrecí café y unos negros higos con miel y queso. ¿Para qué soy bueno?, pregunté. El director de la Institución dijo: Julio, hemos decidido declararle el poeta del año 2018, entregarle una estatuilla de la escultora Sara Palacios y componer una antología de sus poemas. Agradecí la deferencia, pero debido a mi acostumbrada falta de prudencia, puse una condición, yo no haría la selección antológica. Mi negación se fundamentaba en difusos argumentos y hasta nebulosos. Que no me preocupara, me dijeron.

            Tiempo después me enviaron la antología que fue tarea confiada a perspicaces lectores. Estuve de acuerdo con el título: La invención del jardín. De hecho, mis líneas, marchitas unas y floridas otras, semejaban un jardín. Pensé que yo no era sino un individuo expulsado del Jardín de Paraíso.

            De retorno al cuarto de los libros oí el rumor de las mentadas cuitas y regocijos, aunque una nota más se sumaba, el sentimiento de la espera. Ese algo que no se acaba de aclarar: la mirada de los seres amados y el vago recuerdo de los cavernícolas asustados con la noche y clamando, pues, temían que no apareciera el sol, otra vez, en el horizonte.

 

                                               Quito, agosto de 2018

ACERCA DE LA DÉCADA

 

Fuimos felices por largas horas, entre papeles y oficios, tramites y burocracia, nos fuimos construyendo la utopía, habían llegado los diez años del Paralelo Cero. Empezamos con una lista interminable de poetas, que se fue reduciendo y ajustando, que cada vez y con más realismo nos poníamos frente a una verdad corta y reducida. Como quien no desea despedirse nunca de los sueños, nos fuimos haciendo malabares entre las autopistas de los meses, hasta llegar a marzo de 2018, cumpliendo todas las prospecciones que habíamos esperado. Entre el cansancio y la expectativa empezaron a llegar los poetas, todo el tiempo estaba condensado en su pisar primero en nuestra ciudad.

Ciudad que se abría como un regalo de navidad, para ser portavoz de la poesía y bandera flameante de la palabra. Hasta ese momento había goteado el tiempo, esperando lentamente su transcurrir, pero al estar todos reunidos, decidió empezar a caer como lluvia en invierno.

Entre libros, lecturas, emociones y afectos la semana se sintió como un día largo, sin esperas ni paradas, sin que nadie pueda pedir que disminuyan la velocidad de este cause inacabable. Todos éramos partes del todo, una sola persona que se movía a voluntad de más de 50 poetas. La tensión no fue pretexto para que algo irrumpa la felicidad y la poesía en aquellos días. Siempre recordaremos el frío en el teatro de la inauguración, la calidez de Esmeraldas en las últimas lecturas, el sol presuroso de la mañana en Quito y su centro histórico, lo acogedor de un café servido en una larga mesa inacabable, tampoco las risas, los abrazos, los disgustos, los entretiempos que le pedimos a la felicidad, para hacer más grande nuestra vida.

Así se quedan las mejores historias siempre, inconclusas porque los afectos se vuelven largas coincidencias las cuales uno no puede escoger, pero si cuidar e impregnarlos en el mando finito de la felicidad.

Los diez años del Paralelo fueron una suerte de contención, un salvoconducto para todos los asistentes, los acompañantes y cómplices innumerable en la palabra, estos diez años del Paralelo quedarán siempre como los mejores recuerdos y sensibilidades juntas, porque la poesía ha dejado de ser inútil, ahora la gente espera, busca, cuándo volverá la poesía a tocar las puertas del Ecuador, para reclamar espacio y afligirnos, para que la podamos extrañarla, no tanto, pero si lo suficiente.

El Paralelo Cero ha cumplido diez años y se puede volver la cabeza y ver que el camino parece largo, pero que siempre se agranda.

VEREDICTO DEL CONCURSO INTERNACIONAL DE POESÍA PARALELO CERO 2018

Quito, 30 de diciembre de 2017

El Jurado del Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero 2018, conformado por cinco poetas de reconocida trayectoria en el mundo de las letras hispanas: Raquel Lanseros de España; Alex Lima de Ecuador; Lizette Espinosa de Cuba, Jorge Gomez de Ecuador (Premio Nacional Paralelo Cero 2017) y Juan Carlos Olivas de Costa Rica (Premio Internacional  Paralelo Cero 2017), luego de haber realizado una atenta y detallada lectura de los 76 libros inéditos presentados a concurso, escogió 21 libros como semifinalistas. Y más tarde redujeron el grupo a los 6 finalistas siguientes:

 

                        ALMANAQUE BRISTOL de PIERRE POLI

BAJO EL CIELO CENIZA de THE LU

CUARTETO ELEMENTAL de SIVITSI SIERRA

EL ABISMO DE LOS DEDOS de PAUL VARJAK

MI CUERPO AJENO  de FILOMENA GUERARDI

SENTAR LOS MUERTOS A LA MESA de ROBINSON CRUSOE

 

El Jurado evaluó los libros escogidos y luego de una reñida y ajustada selección, resolvieron lo siguiente:

Otorgar el Premio Paralelo Cero 2018 al libro Cuarteto elemental  de Sivitsi Sierra

Otorgar una Menciòn de honor especial al libro Bajo el cielo ceniza de The Lu, que terminó como primer finalista del concurso.

 

.A decir del jurado:

 

Cuarteto elemental, mantiene una coherente unidad estructural como poemario al tomar de forma lúdica los elementos como excusa para ir forjándose un universo propio, profundo y muy original, donde las imágenes son acertadas ya sea en frases cortas cargadas de emotividad o en poemas de largo aliento escritos en prosa. El poeta, va guiando al lector en cada texto, y lo hace reflexionar ante la presencia inexorable de la muerte, el devenir de las ciudades imaginadas, la casa del hombre donde habita el vacío, la memoria de las piedras, el amparo de las hojas que agita el caminante. Cuarteto Elemental es una apuesta por la nostalgia y esos no lugares donde pretendemos volver. Posee una fuerza verbal difícil de obviar y una plasticidad que nos logra atrapar desde los primeros versos.

 

Por otra parte, sobre el libro del primer finalista, en opinión del jurado:

Bajo el cielo ceniza, es un poemario finamente hilado que se instaura dentro de la tradición del neobarroco. Entrelaza personajes con locaciones e imágenes desbordantes y metáforas siderales.

 

Una vez abierto el archivo de datos, el autor ganador es HÉCTOR CAÑÓN HURTADO, de Colombia.

 

Bogotá, 1974. Poeta y comunicador. Se ha perdido en recovecos de América Latina y Medio Oriente con lápiz y papel en mano. Ha escrito para los principales periódicos y revistas de Colombia y también del estado de Guanajuato (México). En 2013 fue asesor del Diario La Prensa de Honduras. Fue finalista del concurso de cuento “El Brasil de los sueños (2008)”. En 2009 ocupó el segundo puesto en el concurso de Conservación Internacional con un reportaje ambiental sobre especies en vías de extinción. Su texto “De primerísima mano” fue seleccionado en la antología de crónica bogotana (1986-2006), editada por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, en la colección de Libro al Viento. Es autor de los libros de crónica “En la intimidad de sus bibliotecas” y “Hazañas colombianas” de Editorial Norma (para la que también trabajó como editor ) y de los poemarios “Los Viajes de la Luz” y “Antes de las olas, el agua” de El Ángel Editor.  Algunos de sus poemas han sido traducidos a inglés, italiano y esloveno.

 

 

El primer finalista es el poeta JOSÉ LANDA de México:

 

Escritor, pintor y periodista (Campeche, México 1976). Autor de 14 libros publicados en México, Guatemala, España, Brasil y Canadá como La confusión de las avispas (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México 1997), Navegar es un pájaro de bruma –bilingüe francés-español– (Ecrits Des Forges, Québec, Canadá 2010), Sonidos como cascos de un galopar –bilingüe portugués-español– (Selo Sebastiao Grifo / Mantis, Guadalajara / Sao Paulo, México / Brasil 2010), Tribus de polvo nómada (Editorial Renacimiento, Sevilla 2011) y Ciego murmullo de ciudades portuarias (Editorial Cultura, Guatemala C.A. 2011). Incluido en más de 20 antologías dentro y fuera de su país como el Anuario de poesía (Fondo de Cultura Económica, México 2005), Un orbe más ancho (UNAM, México 2005), Festival de Narració Oral d’Altea –bilingüe: español-valenciano– (Ed. Enconte, Alicante 2010), Ojos que sí ven (Ed. Corona del sur, Málaga 2010), Narrativa social al margen (Ediciones Al Margen, Valencia, España, 2011), La alquimia del agua (Universidad de Huelva, España, 2012), Alquimia de la tierra (Universidad de Huelva, 2013), Antología general de la poesía mexicana Vol. II (Océano, México, 2014), Alquimia de la sal (Amargord Ediciones, Madrid, 2015), La calle que tú me das (Cuadernos La Guelguera, Las Palmas de Gran Canaria, España, 2016), Palabras en la niebla –cuentos– (Editorial Verbum, Madrid, 2016), entre otras. Desde 1992 ha obtenido más de 40 reconocimientos nacionales e internacionales como el Premio José Gorostiza 1994 (Tabasco, Méx.), Internacional Cd. de Lepe (Huelva, España), Premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón (Guatemala 2010), Premio Nacional de Cuento de la UADY (Mérida, Yuc., 2010), Premio Internacional Caribe Isla Mujeres (Quintana Roo, México, 2015); finalista en los premios Internacional Tardor de Poesía 2010 (Castellón, España), Internacional de Relato Vivendia 2010 (Ediciones Irreverentes, Madrid), Internacional de Poesía Paul Beckett 2010 (Almería), en el Premio Internacional de Cuento La Felguera 2015 (Asturias, España) y en el Internacional de Narrativa Novelas Ejemplares 2016 (UCCM-Verbum), entre otros. Ex becario dos veces del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) del Gobierno de México. Dirige Revista Morbo y Ediciones Morbo.

 

Finalmente, este Jurado desea destacar, una vez más, la calidad de las obras presentadas a este Premio Internacional que estimula la creación poética en nuestro idioma, y espera que continúe con el éxito presente en sus futuras versiones.

 

Firman para constancia,

 

 

 

Raquel Lanseros                                 Lizette Espinosa                                 Alex Lima       

 

                        Juan Carlos Olivas                             Jorge Gòmez

VEREDICTO DEL CONCURSO NACIONAL DE POESÍA PARALELO CERO 2018

Quito, 29 de diciembre de 2017

 

El Jurado del Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero 2018, conformado por tres poetas de reconocida trayectoria en el mundo de las letras hispanas: Javier Bozalongo, de España; Andrea Cote de Colombia y Carlos Aldazábal de Argentina, luego de haber realizado una atenta y detallada lectura de los 61 libros inéditos presentados a concurso, escogió 16 libros como semifinalistas. Y más tarde redujeron el grupo a 8 libros, de los cuales se desprendieron los 5 finalistas siguientes:

 

El Jurado evaluó los libros escogidos y luego de una reñida y ajustada selección, resolvieron lo siguiente:

Otorgar el Premio Paralelo Cero 2018 a dos de los libros, por considerarse un empate: Perros de niebla de Telmo Román y La memoria de Argos de Tarso

Otorgar tres menciones a los finalistas en este orden:

Finalista 1: Tránsito y fulgor del barro de Alfarero de palabras necias

Finalista 2: Nos ha crecido la hierba de Emilio Berbellón

Finalista 3: Los desperdicios del polvo de Orfeo

 

A decir del jurado sobre los libros ganadores:

 

Perros de niebla es un poemario de profundo lirismo, construido en poemas precisos y vibrantes, capaces de conmover e inquietar, en una dosis justa de imágenes y anécdotas. Un libro de rigurosa y necesaria poesía.

 

La memoria de Argos está compuesto por poemas de aliento sostenido, que hablan de un buen manejo de la tradición de la poesía latinoamericana, donde se advierte trabajo y riesgo, asombro y realidad. Una seria apuesta de compromiso poético.

 

Por otra parte, sobre los libros finalistas, en opinión del jurado:

 

Tránsito y fulgor del barro es un libro original, que marca el pulso de un poeta. En este caso, el título advierte sobre la fragilidad de nuestra condición humana, y nos conmueve. Una apuesta que retoma la tradición de la poesía política del continente.

 

Nos ha crecido la hierba está compuesto de poemas bien construidos, contenidos en un título de aparente sencillez pero de efectiva emotividad. Poemas que arman un decir frente al cual no se puede pasar indiferente.   

 

Los desperdicios del polvo es un libro de poemas que apuesta al cruce de tradiciones, donde las citas dialogan con los textos del poeta para crear una atmósfera nostálgica.

 

Dada la calidad de los libros presentados, recomendamos también la publicación de los tres finalistas.

 

Una vez abierto el archivo de datos, los autores ganadores son

 

Edisón Navarro (Cotacachi – Ecuador, 1983).

Escritor y Comunicador Social por la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Ha realizado estudios en preparación actoral en la Casa Malayerba. Textos suyos aparecen en revistas, antologías y selecciones poéticas dentro y fuera del país. Publicaciones “DES-HABITADO”; Jaguar Editorial 2012,“UMBILIKAL”, Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Imbabura: Colección de poesía “José Ignacio Burbano”. 2011.

 

Christian  Zurita  Estrella (Quito, 1993)

Es Comunicador Social para el Desarrollo. Gestor de proyectos, locutor radial y relacionista público, fue reportero  en la Revista Utopía. formó parte del grupo de poesía  El tornillo. Ha publicado el libro: Siempre fue la lluvia (El Angel Editor, Col. Opera Prima, 2017). Voluntario en el COVI (Centro Opción de Vida), imparte talleres de oratoria y poesía en la comunidad quichua-hablante de San Diego.

 

Los finalistas son:

 

Primer Finalista: Anibal Fernando Bonilla (Otavalo, 1976)

Segundo Finalista: Juan Suárez Proaño (Otavalo, 1993)

Tercer Finalista: Santiago Grijalva (Ibarra, 1992)

 

 

Finalmente, este Jurado desea destacar, una vez más, la calidad de las obras presentadas a este Premio Nacional que estimula la creación poética en nuestro idioma, y acrecienta el patrimonio de la poesía ecuatoriana, y espera que continúe con el éxito presente en sus futuras versiones.

 

Firman para constancia,

 

 

 

Javier Bozalongo                                 Andrea Cote                                       Carlos Aldazabal

Christian Zurita Estrella y Edison Navarro, ganadores del Premio Nacional Paralelo Cero 2018 de Ecuador

Por quinto año consecutivo, el Encuentro Internacional Paralelo Cero y la Editorial ecuatoriana El Ángel Editor convocaron al concurso Nacional de Poesía Paralelo Cero. En está ocasión el jurado decidió otorgar el premio a dos libros por considerarse un empate: Perros de niebla de Edison Navarro y La memoria de Argos de Christian Zurita Estrella.

El Jurado del Premio, conformado por tres poetas de reconocida trayectoria en el mundo de las letras hispanas: Javier Bozalongo de España, Andrea Cote de Colombia y Carlos Aldazábal de Argentina; luego de haber realizado una atenta y detallada lectura de los 61 libros inéditos presentados a concurso, escogió 16 libros como semifinalistas. Más tarde redujeron el grupo a 8 libros, de los cuales se desprendieron los dos ganadores.

A decir del jurado sobre los libros ganadores:

Perros de niebla es un poemario de profundo lirismo, construido en poemas precisos y vibrantes, capaces de conmover e inquietar, en una dosis justa de imágenes y anécdotas. Un libro de rigurosa y necesaria poesía.

La memoria de Argos está compuesto por poemas de aliento sostenido, que hablan de un buen manejo de la tradición de la poesía latinoamericana, donde se advierte trabajo y riesgo, asombro y realidad. Una seria apuesta de compromiso poético.

Publicamos una selección de los dos poemarios ganadores:

 

 

 

 

 

Edison Navarro (Cotacachi – Ecuador, 1983) Es comunicador social. Ha realizado estudios en preparación actoral en la Casa Malayerba. Textos suyos aparecen en revistas, antologías y selecciones poéticas dentro y fuera del país. Ha publicado DES-HABITADO; Jaguar Editorial 2012, UMBILIKAL, Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Imbabura: Colección de poesía “José Ignacio Burbano”. 2011. Premio nacional Poesía en Paralelo Cero 2018

 


PERRO QUE HUYE

I.
Había que darse un motivo:
justificar la cuerda con la que tracé la distancia de la luz,
sudar por la herida roca por roca la casa gris del suburbio,
imaginar que alguien comía por nuestra boca la fe que faltaba
mientras nosotros NO comíamos, amor.

Había que escapar sin despertar a los perros,
                                           evitar que vaya tras de ti la jauría,
pero la inutilidad de mi carne es inherente a mi condición humana,
desperté al enemigo que me habita
y otra vez soy animal que odia el silencio.
Pertenezco a esa raza maldita de la ira, que llora de impotencia.

Irse no es fácil
se es animal derretido en la arena
o piedra que tropieza y levanta.
No hay elección
es terrible tanto amor porque igual será el odio.

Tenía tres años mi infancia cuando aprendí a escapar,
encontré un techo en la herida que mató a mi abuelo
ahí chorreó mi ADN, mi mapa genético, mi árbol genealógico,
a borbotones escapé antes de la rabia de mis ancestros
sobre el mármol.

No es excusa, me fui porque soy un niño enfermo,
irse no es fácil,
se necesita algo de valor para pararse frente al reloj,
llorar cuando amanece.

Había que inventar un motivo:
No estoy sano amor, le temo a la ceniza en mis pulmones,
a la manía que tiene la gente con el cariño,
entonces comprendí que mi incapacidad para estar
nace tras los árboles, en la sombra que escapa
a la hora precisa y con miedo,
cuando es tarde para anclarse a la raíz,
abordar un transatlántico
y perderse enfermo en la orilla.

 

 

 

 

V.
Que ridículo un perro persiguiendo su cola,
quien me mira
no entiende la bifurcación expandida de mi atajo,
una pierna en el pasado,
la otra enferma y en el aire,
punto de partida
para el hocico del tiempo
que muerde un fin inexistente.

Tres vueltas persiguiendo la misma luz
y es un giro tras otro,
nada se detiene en el rio marrón del que beberán las espigas
de mi cuerpo repetido en el futuro.

 

 

 

 


DISPARO EN LA NIEBLA

I
La virtud del caos ascendiendo desde el suelo
es la nada blanquecina de un niño que mira caer el cuerpo de su padre entre la bruma,
canto cegador del silencio con el que le habla a la muerte.

¿Qué habría sido del niño sin ver la bala?
¿qué habría sido de la bala sin existir la historia?

La niebla es el cuerpo cayendo de la nada hacia la nada planificada en soledad
para repetir una y otra vez que la tristeza no es venganza,
que al amanecer con otro sol
seguiremos siendo semejantes a un hueso sin médula.

Un cuerpo cae y es el padre trazando el camino por el que acudirá su infancia
a desarmar todas las posibilidades del amor.

¿Qué habría sido del niño si la bala era de viento?
¿Habría volado la comenta tan a ras del suelo?

Es blanquecino el silencio penetrado por el ladrido de los perros:
una mujer llora
un niño mira el cuerpo de su padre caer
un hombre ríe perturbado
un cuerpo cae,
la niebla invade el espacio
tañe el eco brumoso de una bala ladrando en la sien de un hombre.

La infancia es silencio infinito
y al niño lo llevamos dentro.

 

 

 

 

****

Cristian Zurita Estrella (Quito, 1993) Es comunicador social para el desarrollo. Gestor de proyectos, locutor radial y relacionista público, fue reportero en la Revista Utopía. Formó parte del grupo de poesía El tornillo. Ha publicado el libro: Siempre fue la lluvia (El Ángel Editor, Col. Opera Prima, 2017). Voluntario en el COVI (Centro Opción de Vida), imparte talleres de oratoria y poesía en la comunidad quichua-hablante de San Diego. Premio Nacional Poesía en Paralelo Cero 2018

 

 

 

LA MUERTA

La muerta llegó en el sofisma del derrotado
en un claro lleno de apariencias sometidas
desde la reminiscencia de la culpa
a través del tranvía sin raíles y caminos.
Llegó, sin mucho sentido: peligrosa,
sin colores, a dibujarme un agujero en el sol.

La muerta,
escasa de yugos y monumentos,
es siempre porvenir en la memoria
e incisiva verdad.
Su constante esqueleto toma forma en los reflejos.

La muerta, inmutable me mira
dentro de la mazmorra del apocamiento,
en un silencio tan intramuros, tan mío.
Me mira sin espíritu
me observa sin contornos
me canta sin saliva
me extiende sus brazos como largas vecindades
donde el sol es poco menos que amarillo.

La muerta me espera
herida
lastimera
incorruptible.
Me espera chillona
la muerta adolescencia.

Pudiera comerme el mundo en números rojos
bailar con las estelas guerreras de la edad
nadar desnudo en el impulso.
Sin embargo, no. La muerta, muerta está.

La escribo, la elijo
                                       y la muerta… me perdona.

 

 

 

 

PARAÍSO PARA IZA

II

María:
Limonada necesaria
-sin edulcorantejuro
que tengo tu insurgencia
en la sangre,
juro
que salvaste
al poeta que me habita,
lo sacaste del desierto
lograste que exprima limones con fuerza propia,
le diste de beber
de vestir
de sanar
le diste sed glotona
el viento y lo que queda…

 

 

 

 

PRIORIDADES

He visto llorar a los cerdos
bañándose con la tierra.

Cada quien escucha desde su filtro
el diálogo de los pájaros,
entonces cada cierto tiempo
las hormigas se llevan las palabras,

las dejan
                       en el letargo de la tortuga,
las inyectan
                       en el conejo y en su lascivia,
a su suerte las abandonan
con el plancton.

Agarra al conejo el zorro.
Lo mata
porque es zorro.

Traga el plancton la ballena
y se revuelca
porque es ballena.

Con paso de epitafio la tortuga
sabiamente se derrota,
me distingue con honor
en el tiempo elástico de su mirada
y me sonríe
porque es tortuga.

                    Sin embargo
                    he visto llorar a los cerdos.

 

 

 

 

PRIMICIA

Me dijeron que entonabas un violín,
entonces supe:

La Plaza Grande se hizo galáctica,
brindaron en tu nombre
todo el repertorio
las inquietantes aves
que Lorca enviudó.

Se arrugaron naranjas y azaleas
en la voz de Eduardo Aute.
Crecieron escaleras a los robles
y un samurái desmerecido firmó
en su corteza el edicto del olvido.

Arrasé de un añil la ultravioleta,
de un bemol la garganta
y de beso mayor
el (re)verso de tu boca.

Pero la Judas reminiscencia pernocta:
un jadeo resbala la lágrima juguetona,
el clavijero ajusta el negro nailon de tus medias
y caminas sobre el diapasón
con tu paso de dama
al arco que apuntó la fricción
y entonas
el violín
-como me lo confesaron, lo imagino-:
                                                                                  Las notas madres
                                                                                  abandonaron a sus hijas.

El Festival de poesía Paralelo Cero llega a su décima edición en Ecuador

El encuentro literario se realizará desde hoy y hasta el próximo 24 de marzo. El festival rendirá un homenaje al escritor ecuatoriano Julio Pazos.

La décima edición del encuentro Poesía en Paralelo Cero rendirá homenaje a Julio Pazos Barrera, de quien publicarán una antología de su obra titulada La invención del Jardín. Este año asistirán al festival 70 poetas de Europa, América y Ecuador.

Aunque la inauguración oficial se realizará el próximo lunes en el Teatro Capitol, a las 19:30, el encuentro iniciará mañana, a las 11:00, en la calle García Moreno, del Centro Histórico de Quito.

Para Xavier Oquendo Troncoso, fundador y organizador del festival, este encuentro “posee un incisivo poder de convocatoria por el aporte que manifiesta. Es decir, al hermanar poéticas de escritores internacionales con escritores ecuatorianos y todas las actividades son gratis. En estos diez años los públicos han ido variando y creciendo, estamos convencidos de que con cada año la identidad del encuentro se interioriza en el país y se proyecta internacionalmente”.

Oquendo añade que poseen una virtud y “es que el encuentro es descentralizador en el marco geográfico, es decir que los poetas no visitan únicamente Quito, Guayaquil y Cuenca. Por ejemplo, este año las sedes son: Otavalo, Cotacachi, Ambato, Pelileo, Latacunga, Riobamba, Esmeraldas, Salcedo, Quito, Machachi y Pujilí. Todos los años pensamos en que los poetas puedan experimentar de primera mano las maravillas de nuestro Ecuador en sus diferentes saetas: turismo, gastronomía, cultura”.

Homenajes y publicaciones

Como cada año, la cita literaria entregará reconocimientos a poetas internacionales que, en esta edición, serán para Luis García Montero (España), Marco Antonio Campos (México), Leopoldo Castilla (Argentina) y Jorge Boccanera (Argentina), a quienes se los publicará en antologías individuales.

Las obras de los ganadores del Premio Nacional e Internacional de Poesía Paralelo Cero 2018 también serán publicadas: Perros de niebla, de Edison Navarro; La memoria de Argos, de Christian Zurita; y Cuarteto elemental, de Héctor Cañón Hurtado.

Oquendo recuerda que en 2009 el encuentro invitó a cinco poetas de América Latina y España, y 15 poetas ecuatorianos que visitaron seis ciudades del Ecuador.

A partir de ese momento han llegado más de 250 poetas ecuatorianos y aproximadamente 150 del mundo -entre europeos y latinoamericanos-, de otras lenguas como sefarditas, catalanes, italianos, ingleses, franceses, portugueses y quichuas que han ofrecido su poesía en sus idiomas maternos junto con la gran gama de poetas en español de todas las generaciones entre hombres y mujeres.

En esta edición también se presentará una antología conjunta de los poetas Jorge Enrique Adoum y Juan Gelman en la colección Dos Alas, de El Ángel Editor. Se publicarán los libros Lluvia negra, de Jorge Boccanera, El caminante, de Leopoldo Castilla, y más de 10 libros de otros autores, entre ellos, uno de la cantante Margarita Laso (El camal de los leones).

El noveno encuentro de poesía en Paralelo Cero fue declarado un festival emblemático por el Ministerio de Cultura. Hasta el momento, la cita literaria ha visitado 10 provincias de Ecuador (Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Manabí, Guayas, Esmeraldas, Loja, Azuay) y más de 50 poblaciones que, según Oquendo, nunca habían recibido la visita de escritores y menos de otras latitudes.

“Siempre hemos pensado que un encuentro con fondos públicos y de carácter nacional debe ser incluyente. Además, somos un grupo de amantes de la poesía, que no pensamos en la enemistad estética o personal, sino en la calidad y en la participación de poetas que como diría Jorge Enrique Adoum ‘son principiantes y no aficionados’”, señala Oquendo.

El editor y poeta italiano Walter Rafaelli ha publicado una antología de los 15 poetas ecuatorianos que han sido homenajeados en estos 10 años. Una nueva colección editorial será presentada y estará destinada para los finalistas recomendados por los jurados de los premios.

El Telégrafo


 

El poeta Julio Pazos recibirá un homenaje en Paralelo Cer

Julio Pazos es un poeta que se mantiene cercano a la gente. En un conversatorio que se realizó en el Centro Cultural de la PUCE, leyó su poesía, compartió anécdotas de su vida junto a Laura -la mujer con quien ha compartido los últimos 51 años-, y reflexionó sobre el poema, el poeta y la poesía que, para él, en esencia, está impregnada de cotidianidad.

Pazos, ganador del Premio Casa de las Américas en 1982, será homenajeado durante la inauguración de la X edición del Encuentro Internacional de Poesía Paralelo Cero que se realizará el lunes 19 de marzo del 2018, a las 19:30, en el Teatro Capitol. A este reconocimiento se sumará la publicación de ‘La invención del jardín’, una antología de más de 300 páginas.

Durante el acto inaugural también se entregará reconocimientos al poeta español Luis García Montero, el mexicano Marco Antonio Campos y a los argentinos Leopoldo Castilla y Jorge Boccanera. Ellos serán parte de los 70 poetas invitados de diversas nacionalidades y lenguas de Europa y América que serán parte del encuentro que se extenderá hasta el 24 de marzo.

Como parte de la programación, que comienza este 17 de marzo del 2018, se realizarán lecturas en voz alta, presentaciones de libros y conversatorios en colegios, universidades, librerías, plazas, teatros y auditorios culturales de Otavalo, Latacunga, Machachi, Cotacachi, Riobamba, Pelileo, Ambato, Esmeraldas y Quito.

Entre las novedades del encuentro se presentará una antología conjunta del poeta ecuatoriano Jorge Enrique Adoum y del argentino Juan Gelman, en la colección Dos Alas, de El Ángel Editor. También se presentará ‘Perros de Niebla’ de Edison Navarro y ‘La memoria de Argos’ de Christian Zurita Estrella, ganadores del premio Nacional de Poesía Paralelo Cero 2018; y ‘Cuarteto Elemental’ de Héctor Cañon Hurtado, ganador del premio Internacional que entrega este encuentro.

Una de las constantes en la programación de Paralelo Cero ha sido la promoción de poetas jóvenes del país y la región y la puesta en valor de la obra de poetas consagrados a escala local como Ileana Espinel, Nelson Estupiñán Bass, Euler Granda, Pedro Jorge Vera y Ana María Iza.

A criterio de Xavier Oquendo, organizador del encuentro, Pazos, el homenajeado de esta edición, es un poeta total, “un oficiante de la poesía”, cuya obra se caracteriza por lograr la multiplicidad de temáticas en un mismo texto.

La entrada a los encuentros poéticos será gratuita. Además, en las presentaciones de los libros también se podrán adquirir las publicaciones de los poetas presentes.

El comercio.

El Encuentro internacional de poetas Paralelo Cero hace una parada en la USFQ

Como parte de los eventos programados en el marco de la décima edición del Encuentro Internacional de Poetas Paralelo Cero, este lunes 19 de marzo de 2018, en el hall principal de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) se efectuará un recital y conversatorio, con la participación de seis autores nacionales y extranjeros.

Durante el acto, que se cumplirá a partir de las 10:00, los estudiantes y público en general podrán departir con la escritora colombiana Fadir Delgado Acosta, ganadora del Premio Internacional de Literatura de la Universidad de Buenaventura en 2014; el mexicano Roberto Amézquita, Premio Internacional de Poesía Luis Pavia 2010; el autor español Xavier Frías-Conde, miembro del Círculo Lingüístico de Praga.

Con ellos estarán los ecuatorianos Edison Navarro, ganador del Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero 2017; César Eduardo Carrión, Premio Internacional de Poesía La Gaviria y Premio del Consejo Provincial de Pichincha 2010; y, Jorge Enrique Patrón, autor de El regreso de los otoños, entre otros títulos.

Los escritores leerán sus poemas, absolverán todas las preguntas de los asistentes y firmarán libros durante el encuentro en la USFQ. La entrada es libre.

El festival Paralelo Cero nació en 2009, con el objetivo de promocionar la poesía del Ecuador a nivel nacional e internacional. Por ello, año tras año, ha invitado a las voces más representativas de la lírica ecuatoriana, iberoamericana, y europea, junto con autores noveles, cuya obra empieza a consolidarse.

El encuentro ha rendido homenaje a grandes poetas de la literatura ecuatoriana, con el ánimo de recordar su trabajo e incentivar su lectura en generaciones jóvenes: Jorge Enrique Adoum, Rubén Astudillo y Astudillo, Ileana Espinel Cedeño, Nelson Estupiñán Bass, Euler Granda, Pedro Jorge Vera, Manuel Zabala Ruiz, Jacinto Cordero Espinosa, Antonio Preciado Bedoya y Ana María Iza. En el 2013 se entregó el Premio “Poeta de dos Hemisferios” al gran vate argentino Juan Gelman (1930-2014) y en 2016, al cantautor Español Luis Eduardo Aute.

Este año asistirán al encuentro alrededor de 70 poetas invitados de diversas nacionalidades y lenguas de Europa y América, así como de las diferentes provincias del Ecuador. “Poesía en Paralelo Cero”está dirigido a públicos diversos, por lo que el festival constará con lecturas, presentaciones de libros, conversatorios, etc, que tendrán lugar en colegios, universidades, librerías, plazas, teatros y auditorios culturales. Los actos finalizarán el 25 de marzo.